Muchas veces nos preguntamos porque una organización tiene éxito y otras no, porque unas empresas son excelentes y otras ni siquiera superan un pequeño periodo crisis. Ya hace más de treinta años que Tom Peters y Robert Waterman escribían que las claves de la excelencia se centraba en las personas, los clientes, y la acción. Decir esto, es decir todo, y nada; pero en estas tres áreas identificaban una serie de variables que mucho tenían que ver con las características con las que hoy definimos el intraemprendizaje.
Destacan la movilización e involucración alrededor de un propósito, que normalmente genera una predisposición mayor a la acción, y una especial actitud emprendedora dentro de la empresa.
Esta involucración y capacidad creadora, no es algo que se concentra en ciertos niveles o en equipos especializados de la organización. Todos los equipos de una organización tienen la energía para liderar un cambio.
En esta línea, desde DOT hemos intentado comprender la evolución de los equipos en una organización introduciendo estas dos variables, la involucración o conexión de un equipo y el resultado en términos de innovación o impacto producido.
Una primera conclusión, posiblemente obvia, es que la involucración de un equipo determina el resultado en términos de cambio o innovación. No en todas las organizaciones ni en todo momento, tenemos que aspirar a que los equipos funcionen como equipos intra-emprendedores.
En ocasiones la fase que nosotros denominamos Trabajo en equipo, donde el foco es la acción y la ejecución el resultado o cambio esperado, es lo ideal y buscado por los lideres de la organización. En este caso, el equipo conecta con el WHAT, o el qué tenemos que hacer, y eso es el motor de su movimiento.
En cambio si lo que buscamos es que el los equipos empiecen a pensar en como mejorar los resultados, en como introducir cambios, necesitamos una conexión no sólo con el qué si no que también con el HOW o como hacer las cosas dentro de ese marco determinado. En este caso hablamos de Autogestión, donde los equipos tienen su foco en los resultados, son capaces de aprender de la acción, y el cambio que se espera en la organización es la innovación incremental.
Sin embargo si lo que realmente aspiramos es no sólo mejorar, si no cambiar la reglas de juego, impactar en el mercado y generar un valor diferencial, tenemos que liderar los equipos hacia el Intraemprendizaje. Al aprendizaje continuo de los equipos, añadimos una fuerte conexión del equipo con el WHY o propósito que ellos mismos han participado en diseñar. Es un marco de libertad mayor donde aflora su actitud emprendedora y a su vez su fuerte compromiso.
Además de la introducción de otras dinámicas en la organización, como la multidisciplinaridad, innovación colaborativa dentro-fuera de la organización, liderazgo compartido, y otros mecanismos para incrementar la cultura innovadora, la orientación al cliente y la creación ágil de nuevos soluciones.
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La creación y desarrollo de estos Equipos Intraemprendedores tienen su origen y requieren de una fuerte conexión con el por qué hacemos las cosas, una conexión emocional que genera una confianza especial, y desata esa energía necesaria para que el equipo este pensando en como crear valor al cliente o al mercado, y es aquí donde se generar ideas más disruptivas.
En la creación de estos equipos, aunque comencemos con esa conexión emocional, tienen una evolución como equipo en las anteriores fases que comentábamos de Trabajo en Equipo y Autogestión.
Liderar las organizaciones para ser más innovadoras requiere un nuevo entendimiento de los equipos para desatar su creatividad. Equipos que lideran el cambio necesitan un liderazgo diferente que tienen que ver mucho más en crear conexiones y confianza entre las personas, y liderar, con la acción pero sobre todo con el atrevimiento.
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