La empresa, como persona jurídico-económica es el cuerpo/espacio/agente que vertebra una sociedad. Hemos malinterpretado lo que es la empresa, quedándonos solo con su naturaleza “económica” y desgraciadamente eso nos ha llevado a observar, entender y explotar únicamente esa dimensión. Hacia dentro entendido como un sistema de recursos económicos limitados “a reducir” y hacia fuera como generadora de propuestas de valor por las que nos pagan “a incrementar” y así como único fin “maximizar la diferencia”. Esa dimensión económica es buena, pero es incompleta.

La empresa es “persona jurídica-económica” y como “persona” que es tenemos que entender todas sus capacidades actuales y potenciales. Como cualquier persona/humano la dimensión económica es una parte fundamental de ella pero existen otras:

“Dimensión social” como persona que somos vivimos en sociedad/comunidad con otras personas.

“Dimensión medioambiental” vivimos en un mundo/casa/tierra común que debemos cuidar.

“Dimensión espiritual-felicidad” donde el fin ultimo como personas es la realización personal y felicidad.

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Las cuatro dimensiones del “Quadruple Bottom Line” 

Podemos dedicar días, años y vidas a reflexionar sobre esas cuatro dimensiones de la empresa, cuales debieran ser prioritarias y cuales no. Sin embargo, quizás sería más oportuno por ahora tener claro esas cuatro dimensiones y reinterpretar correctamente lo que somos como empresa y la oportunidad que tenemos para reenfocar toda nuestra actividad con el fin de maximizar el impacto de esas cuatro dimensiones o “Quadruple Bottom Line”.

De la misma forma que en el análisis de necesidades humanas evolucionamos de la lógica de necesidades/dimensiones a satisfacer. Entendiendo la evolución desde el modelo piramidal/lineal de Maslow, al holístico/circular de Max Neff, hagamos lo propio con las 4 dimensiones de la empresa.

El mundo necesita de “empresas-personas jurídicas” que asuman esa “Quadruple Bottom Line”. Me atrevería a decir que solo las empresas que entiendan, asimilen y maximicen su impacto en esas cuatro dimensiones prevalecerán en el tiempo. Además, gracias a la velocidad del mundo globalizado, conectado y tecnológico en el que vivimos ese tiempo va a ser mucho antes de lo que imaginamos.

Hoy mas que nunca vivimos en un mundo donde las empresas que triunfan son las que entienden la dimensión humana/persona y bajo su por qué/sentido o misión empresarial articulan un sentido y propuesta de “persona a persona”. Quizás ese sea uno de los motivos comunes que comparten empresas de éxito como Apple, AirBnB, Tesla, Zappos, Zara, Alibaba, Google, Uber, Toms…

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La empresa Toms sigue la estrategia “one for one” en su propuesta de valor. 

¿Qué es lo mas único, autentico e insustituible del ser humano? Nuestra capacidad de imaginar-crear, inspirar e ilusionar, apostar-creer, crear-ejecutar y aprender. Si queremos desarrollar al máximo el potencial de nuestro proyecto empresarial necesitamos integrar bajo nuestra propuesta de valor la conexión “persona jurídica–persona” de estas cuatro dimensiones con todos nuestros “clientes-stakeholders” empezando por los más implicados en nuestro proyecto, las personas que con su trabajo/actividad dedican su vida a co-crear nuestro proyecto empresarial. Por ello, e primer lugar, necesitamos conectar nuestra “persona jurídica” con las “personas físicas” que desempeñan nuestras actividades.

La empresa es el espacio donde las personas invertimos nuestro mayor tiempo de vida. Si la empresa es el la mayor inversión que hacemos en nuestra vida, en el pasado hemos mal interpretado el sentido de la empresa o el trabajo. Tenemos un concepto erróneo de la educación al entenderlo como proceso que acaba a los 23 años una vez adquiridos los activos para explotarlos en una empresa y por ende, entender la empresa como institución que nos paga o retribuye por el uso de nuestro “activo”.

La empresa como “persona jurídica” es el lugar donde necesitamos maximizar nuestro potencial al máximo como trabajadores/co-creadores. La empresa ha de ser nuestro principal socio para apalancar muestra dimensión económica, social, medioambiental y espiritual/felicidad. La empresa ha de retarnos para maximizar como seres humanos nuestra “Capacidad Emprendedora-Changemaker” para así poder imaginar-crear, inspirar e ilusionar, apostar-creer, cocrear-ejecutar y aprender. La forma de crear este cambio, o por lo menos una forma de hacerlo, es a través de Equipos Intraemprendedores.

Este es un proceso único en cada caso, como en cualquier relación persona a persona pero creo que hay tres posibles ingredientes o patrones comunes de éxito:

Una redefinición de nuestros pensamientos estratégicos Misión, visión y valores (Why, how, what) que permitan entender, alinear y maximizar nuestra propuesta de valor y las 4 dimensiones convirtiéndonos en una empresa personalista (Human centered company) sirviendo y maximizando el impacto en todos los tipos de personas con la que interactúa: clientes y usuarios, trabajadores, socios, sociedad civil,…

La empresa internamente vertebrada por “equipos de personas”. Los equipos es la mejor forma para aterrizar la dimensión jurídica de nuestro proyecto empresarial y explotar al máximo la “participación y concreción” del proyecto.

Cultura Intraemprendedora en la que todas nuestras actividades siguen una lógica emprendedora para conectar con nuestros clientes como personas (tanto si son “personas jurídicas” B2B como si son “personas físicas” B2C o una combinación e integración de ambas). Sin olvidar generar impacto en las cuatro dimensiones.

Estas tres claves podemos definirlas como “Social Team Intrapreneurship”. Además de esas claves internas, la empresa que tracciona el cambio debe articular este modelo de forma externa también:

En redes de cooperación: Utilizar las palancas de las redes globales para unir fuerzas y minimizar riesgos. Redes como Ashoka, League of Intrapreneurship entre otras.

Con retos comunes: Trabajar sobre retos comunes para trabajar de manera enfocada para llegar a los objetivos y generar mayor impacto.

En espacios de convivencia: Espacios comunes donde convivir y trabajar en comunidad, como ejemplo la red de Impact Hub.

A través del aprendizaje común: Aprendizaje colectivo aportando desde diferentes esferas para cristalizar conocimiento.

Lo mas maravilloso es que por primera vez este proceso ocurre casi simultáneamente a nivel internacional asumiendo e integrando las claves y momentos de cada cultura y país pero siendo un mismo fenómeno similar a nivel mundial con lo que el impacto de y en las personas “físicas” y “jurídicas” puede ser increíble.

Estamos viviendo el nacimiento de una nueva era.

 

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Jose Mari Luzarraga

Co-founder and teampreneur in MTA

Ashoka fellow

Advisor board member in DOT

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